LA IGLESIA

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CATALINA PADILLA - JESICA BURBANO

sábado, 10 de abril de 2010


EL CALVINISMO.
El calvinismo (a veces llamado tradición Reformada, la fe Reformada o teología Reformada) es un sistema teológico cristiano y una actitud hacia la vida cristiana que pone el énfasis en la autoridad de Dios sobre todas las cosas. Esta vertiente del Cristianismo Protestante fue desarrollada por Juan Calvino (reformador religioso francés del siglo XVI).
La tradición Reformada fue posteriormente liderada por teólogos como Martin Bucer, Heinrich Bullinger, Pietro Martire Vermigli y Ulrico Zuinglio e influyó a reformadores británicos como Thomas Cranmer y John Jewel. Sin embargo, debido a la gran influencia y rol de Juan Calvino en los debates confesionales y eclesiásticos del siglo XVII, la tradición llegó a conocerse con el nombre de calvinismo. Hoy en día, el término designa también las doctrinas y prácticas de las iglesias Reformadas, de las cuales Calvino fue uno de sus primeros líderes.
TRASFONDO HISTÓRICO
Juan Calvino, influyó notablemente en el desarrollo de las doctrinas de la Reforma Protestante. A los 25 años, en 1534, empezó la primera edición de su obra Institución de la Religión Cristiana, que se publicó en 1536. Esta obra, que fue revisada en diversas ocasiones durante su vida, además de la numerosa colección de cartas pastorales y comentarios bíblicos, constituyen la fuente de la repercusión que ha tenido sobre todas las denominaciones del Protestantismo a lo largo de su historia.
El crecimiento de las Iglesias Reformadas y calvinistas pertenece a la segunda fase de la Reforma Protestante. Tras la excomunión de Martín Lutero por la Iglesia Católica Romana, Calvino se refugió en Suiza. Había firmado la confesión de Augsburgo en 1540, pero su repercusión fue más notable en la Reforma Suiza, la cual no era luterana, sino que se basaba en las enseñanzas de Ulrico Zuinglio. La enseñanza y la doctrina protestantes estaban evolucionando de manera independiente a Martín Lutero, bajo la influencia de muchos escritores y reformadores, entre los que destacaba Calvino.
DESCRIPCIÓN GENERAL.
Numerosos teólogos no necesariamente relacionados con las Iglesias Reformadas han contribuido a desarrollar la cosmovisión calvinista como se le conoce hoy en día. Entre ellos se cuentan el teólogo danés Francisco Gomarus; John Knox, el fundador de la iglesia presbiteriana; John Bunyan un predicador bautista, autor del bestseller cristiano "El Progreso del Peregrino", y el teólogo norteamericano Jonathan Edwards, uno de los principales protagonistas durante el resurgimiento espiritual denominado Primer Gran Avivamiento en los Estados Unidos a mediados del siglo XVIII.
DOCTRINA CALVINISTA.
LA GRACIA SOBERANA.
El calvinismo enfatiza la depravación de la naturaleza moral humana hacia la necesidad de la gracia soberana de Dios en la salvación. La Biblia (Romanos 3:10-12) enseña que las personas son completamente incapaces de seguir a Dios o escapar de la condenación delante de Él y que solamente por intervención divina drástica, en la cual Dios cambiando la naturaleza misma del creyente (nuevo nacimiento), quitando el corazón de piedra y poniendo uno de carne, pueden las personas ser convertidas de rebelión a obediencia voluntaria.
Los calvinistas enseñan estas Doctrinas de la Gracia primeramente porque son bíblicas; luego estas doctrinas demuestran la magnitud del amor de Dios al salvar a aquellos que no querían ni podían seguirle, así como para quebrantar la arrogancia y la dependencia en sí mismo y caer en los tiernos brazos del verdadero y Soberano Señor. La santificación se persigue como el confiar continuo en Dios para limpiar el corazón depravado del cristiano del poder del pecado cancelado y extender el gozo.
"LA VIDA ES RELIGIÓN".
El sistema teológico y las teorías prácticas de la iglesia, familia y vida política, todas (ambiguamente) llamadas "calvinismo," son el crecimiento de una conciencia religiosa fundamental que está centrada en la soberanía de Dios. En principio, la doctrina de Dios tiene un lugar preeminente en cada categoría teológica, incluyendo el entendimiento calvinista de cómo una persona debe vivir. El calvinismo presupone que la bondad y el poder de Dios tienen un libre e ilimitado alcance de actividad, y eso trabaja como una convicción de que Dios está obrando en todos los aspectos de existencia, incluyendo los aspectos espirituales, físicos e intelectuales, ya sea secular o sagrado, público o privado, en la tierra o en el cielo.
Según este punto de vista, el plan de Dios se trabaja en cada evento. Dios es visto como el creador, preservador y gobernador de todo. Esto produce una actitud de dependencia absoluta en Dios, la cual no se identifica solamente con actos temporales de piedad (por ejemplo, la oración); si no que es un amplio patrón de vida que, en principio, aplica tanto a cada obra trivial como a tomar la comunión. Para el cristiano calvinista, toda la vida es religión cristiana. Al calvinismo también se le atribuye una doctrina basada en la radicalización del luteranismo, impuesto en el S.XVI.
LOS CINCO PUNTOS DEL CALVINISMO.
La teología calvinista es identificada en la mente popular como los "cinco puntos del calvinismo," que son un resumen de los juicios (o cánones) presentados por el Sínodo de Dort y que fueron publicadas como una respuesta detallada (punto por punto) a los cinco puntos de la Protesta Arminiana. Calvino mismo nunca usó tal modelo, y nunca combatió el Arminianismo directamente. Estos puntos, pues, funcionan como un resumen de las diferencias entre el Calvinismo y el Arminianismo, pero no como una suma completa de los escritos de Calvino o de la teología de las iglesias reformadas en general. La aserción central de estos cánones es que Dios es capaz de salvar a cada persona por quien Él tenga misericordia y que sus esfuerzos no son frustrados por la injusticia o la inhabilidad del hombre.
Los cinco puntos del calvinismo son:
1. DEPRAVACIÓN TOTAL:
Debemos empezar con algo que debe ser fundamental en el asunto de la salvación, y esto es, una evaluación correcta de la condición del individuo que se debe salvar. Si tenemos vistas deficientes y ligeras sobre el pecado; entonces estamos propensos a tener vistas defectuosas para la salvación del pecador. A la luz de las Escrituras el estado natural del hombre es un estado de depravación total y por consiguiente, había inhabilidad total de parte del hombre para ganar, o contribuir, a su salvación. Cuando se habla de depravación total, sin embargo no se refieren a que cada hombre es tan malvado como pueda ser, ni que el hombre sea incapaz de reconocer la voluntad de Dios; ni tampoco de que sea incapaz de hacer algún bien hacia su prójimo o aun dar lealtad externa a la adoración de Dios. Lo que sí se quiere decir es que cuando el hombre cayó en el Huerto del Edén cayó en su ‘totalidad’. La personalidad completa del hombre ha sido afectada por la caída, y el pecado se extiende al completo de las facultades, la voluntad, el entendimiento, el afecto y todo lo demás.
2. ELECCIÓN INCONDICIONAL
Nuestra actitud hacia la depravación total como una declaración Bíblica de la condición natural del hombre determinará nuestra actitud hacia el siguiente punto. La doctrina de elección incondicional sigue naturalmente a la doctrina de depravación completa. Si el hombre en verdad esta muerto, prisionero, y ciego etc., entonces el remedio para todas estas condiciones debe descansar fuera del hombre mismo (Esto es, con Dios) ¿puede el muerto levantarse así mismo?, la respuesta inevitablemente debe ser: “por supuesto que no”. Sin embargo hombres y mujeres son levantados de su muerte espiritual “nacidos de nuevo” como lo pone el evangelio según San Juan; y como son incapaces de llevar a cabo esta obra por ellos mismos, entonces tenemos que concluir que es Dios quien los levanto. Por el otro lado como muchos hombres y mujeres no han sido vivificados, tenemos que igualmente concluir que eso es porque Dios no los ha levantado. Si el hombre es incapaz de salvarse a sí mismo, siendo la caída de Adán una caída total, y si solo Dios puede salvar, y si no todos son salvos, entonces la conclusión debe ser que Dios no ha escogido salvar a todos.
3. EXPIACIÓN LIMITADA
Este tercer punto no solamente nos trae al punto central de los cinco, sino también a la verdad central del evangelio, esto es, al propósito de la muerte de Cristo en la cruz. Esto no es accidental. Tenemos la enseñanza de la Biblia que ha puesto al hombre debajo del titulo general de depravación total, o inhabilidad total. Segundo como algunos hombres y mujeres son indudablemente salvos, entonces tiene que haber sido Dios mismo quien los salvo en distinción del resto de la humanidad. Esto es elección: “Para que él propósito de Dios conforme a la elección, permaneciese…” [Rom 9:11]. Sin embargo, esta elección solo “marco la casa, a la cual la salvación debe viajar”, y una expiación completa, perfecta y satisfactoria todavía era requerida para los pecados de los elegidos, para que Dios fuera, no solamente un Salvador, sino un Dios justo, y un Salvador”. Esta expiación, como todos confesamos, fue realizada por la sumisión voluntaria de Cristo a la muerte en la cruz donde sufrió bajo la justicia de este Dios justo, y procuro la salvación que el cómo Salvador había ordenado. En la cruz, entonces, y sin duda todos aceptamos esto, Cristo soporto el castigo, y procuro la salvación. La pregunta ahora se levanta: ¿por quien soporto el castigo?, y ¿por quien procuro la salvación? Hay tres avenidas por las cuales podemos viajar respecto a esto:
1. Cristo murió para salvar a todo hombre, sin distinción. 2. Cristo murió para salvar a nadie en particular. 3. Cristo murió para salvar a cierto número

4. GRACIA IRRESISTIBLE
Si los hombres son incapaces de salvarse a sí mismos a causa de su naturaleza caída, y si Dios ha propuesto salvarlos, y Cristo a realizado su Salvación, entonces lógicamente sigue que Dios también debe proveer los medios para llamarlos a los beneficios de esa salvación que Él a procurado para ellos Romanos 8:30: “y los que predestinó a estos también llamó”, Dios no solamente, eligió hombres y mujeres para salvación; Él también llamó a esos a quien le plació elegir. ¿Que quiere decir gracia irresistible? Sabemos que cuando el evangelio sale afuera en una Iglesia, o al aire libre, o por medio de leer la Palabra de Dios, no todos atienden a ese llamado. No todos son convencidos del pecado y de su necesidad de Cristo. Esto explica el hecho de que hay dos llamamientos. Hay un llamamiento externo; y un llamamiento interno. El llamamiento externo puede ser descrito como “palabras del predicador”; y este llamamiento, cuando sale, puede obrar un resultado de diferentes formas en un número de diferentes corazones produciendo diferentes resultados, No obstante una cosa no hará; no obrará la salvación en el alma de un pecador. Porque una obra de salvación para ser labrada debe ser acompañado por el llamamiento interior del Espíritu Santo de Dios. Porque Él es quien, “redarguye de pecado, justicia y juicio”. Y cuando el Espíritu Santo llama a un hombre, o mujer, o una persona joven por su gracia, ese llamamiento es irresistible: no puede ser frustrado; es la manifestación de la gracia irresistible de Dios.
5. PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS
Permítanme decir que esto es exactamente lo que la Escritura nos enseña. “Porque a los que antes conoció, también predestino, para que fuesen hechos conforme a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos”; y aun más, “y a los que predestino a estos también llamo; y a los que llamo a estos también justifico, y a los qué justifico, a estos también glorificó. ¿Pues que diremos a esto? ¿Sí Dios por nosotros quien contra nosotros?…Por lo cual estoy cierto que ni la muerte, ni la vida… ni ninguna criatura nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” [Rom. 8:27]. Si el hombre no se puede salvar a sí mismo, entonces, Dios tiene que salvarlo. Si todos no son salvos, entonces Dios no ha salvado a todos. Si Cristo ha hecho satisfacción por los pecados, entonces es por los pecados de aquellos que son salvos. Si Dios intenta revelar esta salvación en Cristo a los corazones de esos a quien él escogió salvar, entonces, Dios proveerá el medio de hacerlo efectivamente. Si, por consiguiente, habiendo ordenado para salvar, murió para salvar, y llamó a la salvación a esos quienes nunca podrían salvarse a sí mismos, El también preservara a los salvos para la vida eterna para la Gloria de Su Nombre. Así siguiendo la depravación total, y elección incondicional, y expiación limitada, y un llamamiento eficaz, tenemos la perseverancia de los santos. “El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” [Fil. 1:6].

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